A priori, juntar la ironía cinéfila de los Coen con el sentimentalismo de Steven Spielberg podía parecer intentar mezclar el agua con el aceite, pero este Puente de los espías es sin duda una de las mejores películas del año y uno de los mejores trabajos recientes de Spielberg.
Partiendo de un hecho real sobre un abogado que defendió a un espía ruso para después participar en su canje con un prisionero norteamericano en Rusia, el guión de los Coen es perfecto, repleto de ironía y de humor negro en el trazo de personajes (no sé si el espía real era así, pero interpretado por un genial Mark Rylance parece un personaje muy coeniano), kafkiano en el ir y venir de Herodes a Pilatos del personaje de un excelente Tom Hanks en un Berlín negrísimo tanto en un lado como otro del muro (ni la CIA ni el KGB salen muy bien parados) que recuerda mucho a los que enseñó Billy Wilder en Berlín Occidente y 1, 2, 3, capriano hasta la médula en el personaje caballero sin espada de Hanks... Con un guión así es casi imposible hacer una mala película, y siendo Spielberg un gran director no pierde la oportunidad. Su filme es un excelente reflejo de la paranoia americana de la Guerra fría en su primera parte y de la burocracia y brutalidad del lado comunista en la segunda, que no aburre en ningún momento, aunque no le habría ido nada mal un recorte en la escena final, creo que tiene un subrayado algo absurdo que sobra. Como he dicho, excelentes interpretaciones de todo el reparto, especialmente Hanks y Rylance, creo que en buena lógica deberían estar los dos en los Oscars, el segundo sobretodo con posibilidades de llevárselo si no se lo impiden Stallone (no es broma, empieza a sonar como posible nominado y/o ganador por su spin of de Rocky) o Benicio del Toro. Excelente banda sonora de Thomas Newman, esta vez sustituto del habitual John Williams por deseo del gran compositor, con problemas de salud serios y ocupado en la banda sonora de Star wars VII.
Nota sobre 10: 9
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