El faro demuestra que con su segundo largometraje Robert Eggers es más que una promesa. Se le puede calificar de excesiva y de histriónica (es muy cercana al grand guignol), pero la historia de los dos fareros a los que la soledad y el mal tiempo les empiezan a llevar a un callejon sin salida es muy potente, tiene un enorme trabajo de dirección de fotografía de Jarin Blaschke (mala suerte ha tenido de´coincidir con la filigrana que hace Roger Deakins en 1917, otro año se habría llevado el Oscar) y dos actores que se dejan llevar por todos los excesos interpretativos posibles (lo que requiere la película, antes de cargarse a un histrión recomiendo ver si el personaje requiere el histrionismo) como son Willem Dafoe y Robert Pattinson. Muy recomendable.
Nota sobre 10: 8
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