Demasiado ruido actoral y muy poca nuez cinematográfica. La gran mentira no merece tener a dos de los mejores actores vivos para contar una historia tan floja; cuando se descubre el final sorpresa, la trama se desvela como rebuscada, torpe y mal contada, una pena que la primera vez que haya visto juntos a Helen Mirren e Ian Mckellen sea en esta mediocre historia de un estafador que intenta dar el gran golpe a costa de una mujer con la que ha establecido contacto en Internet. Bill Condon sigue dando síntomas de que le sonó la flauta por casualidad en Dioses y monstruos y Kinsey, el resto de su filmografía antes y después está lejos de ese nivel.
Nota sobre 10: 3.
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