Más de 20 años llevaba Trevor Nunn sin hacer cine (recuerdo más su Lady Jane que su Noche de reyes 1996) y sigue siendo el mismo director correcto pero sin chispa que le recuerdo). La espía roja no pasa de ser un correcto telefilme de lujo sobre una señora mayor que es detenida por haber espiado para los rusos en la Guerra Fría (basada en hechos reales, pero extrañamente cambiados los nombres); entretiene pero no emociona, y destaca por la intepretación de Judi Dench (esta actriz es buena hasta leyendo los ingredientes de un producto de un supermercado) y de una prometedora Sophie Cookson. No es mala, pero no pasa de poco más de un aprobado.
Nota sobre 10: 6
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