François Ozon es un director que me desconcierta, le veo capaz de lo mejor y de lo peor, incluso en la misma película, y tiene unas salidas de tono humorístico-surrealista que a veces no me acaban de convencer.
Pero creo que siendo imperfecta, Gracias a Dios es la mejor de las películas que conozco de él. Es imperfecta y mantiene la irregularidad habitual en Ozon, la parte epistolar de las voces en off le va en contra, le frenan el ritmo y hacen que sobren minutos, le sobran varios flashbacks que ya están implicitos en lo que nos están contando y que no aportan nada novedoso, y aún siendo Denis Menochet un actor excelente, algunas salidas de tono de su personaje creo que rompen el tono de la denuncia, la hacen aún más maniquea de lo que ya es (y debe ser) y son algo desconcertantes. Pero donde alza el vuelo es en la honestidad de la denuncia (más que en el telefilme de lujo que era Spotlight), en el inquietante y axfisiante tono de la ciudad de Lyon y la iglesia y en las interpretaciones de su reparto, especialmente el veterano Bernard Verley como el cura pedosexual (estoy de acuerdo con el filme, la palabra pedófilo, sentir "amor a los niños", no me acaba de convencer, casi parece "amable"). Muy recomendable.
Nota sobre 10: 8
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