¿Pondría alguien a Arzak al frente de un Mcdonalds? Pues esta es más o menos la sensación que uno tiene viendo La gran muralla, que han puesto al frente de un blockbuster con poco guión y sustancia al más talentoso de los directores chinos, Zhang Yimou, en un intento de penetración hollywoodiense en el mercado chino fallido (está por ver el resultado en taquilla, pero las previsiones no parecen halagüeñas). El resultado no pasa de entretenido, le perjudica que la historia sea floja (¿seis guionistas no son demasiados para esto?) y que se parezca sospechosamente a la del Abismo de Helm de El señor de los anillos y a la del Muro del norte de Juego de tronos (¿casualidad que estén el compositor Raman Djawadi y uno de los actores de la serie, Pedro Pascal?), y Matt Damon no ha tenido precisamente uno de sus días más felices, pero tiene momentos muy espectaculares y Yimou sigue mostrando la buena mano de siempre con el uso del color y la coreografía que tenía en su trilogía wuxia. No es un desastre, pero esperaba bastante más de un grande como el director chino.
Nota sobre 10: 5
No hay comentarios:
Publicar un comentario