Ayer Phenomena hizo su habitual programa doble sorpresa. En esta ocasión tuvo el humor de recuperar un gran fracaso comercial de triste actualidad estos días, y la otra película me parece una obra menor de un grande. Ambas destacan por las bandas sonoras de dos grandes de la historia del cine.
El fiasco comercial de Rescaten el Titanic quedó ensombrecido en 1980 por el de La puerta del cielo, pero es igual de gordo, 40 millones de presupuesto (muy alto para 1980) y solo 7 de recaudación. Pero si La puerta del cielo es una obra maestra incomprendida, Rescaten el Titanic me pareció mala en 1980 y me lo me sigue pareciendo ayer. Basada en una novela de Clive Cussler (no tenía suerte el escritor estadounidense en el cine, la otra adaptación de una novela suya, Sáhara, todavía es peor), la trama de reflotar el Titanic (recordemos que en 1980 aún no se habían encontrado los restos) para recuperar un metal de gran valor es ridícula, y la resolución absurda. No ayuda un reparto principal con un Jason Robards perdido, un Richard Jordan inadecuado y un David Selby novato y al que solo se le ha dado bien Falcon Crest.
Lo único bueno en mi opinión fue la hermosa banda sonora de John Barry, una de las mejores del maestro a principios de los 80.
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