A Terrence Malick ya se sabe: o se le adora o se le pone a caer de un burro, le pasa como a David Lynch, no tiene término medio, los que muchos pensamos que es poesía y gran dirección de actores otros ven lentitud y aburrimiento, pretenciosidad y preciosismo. Y eso no ha sido solo a partir de El árbol de la vida (quizás la película más irregular que le conozco, alternaba los aciertos con las idas de olla en forma de dinosaurios), ya cargaban contra él en Dias del cielo y La delgada línea roja...
Y no creo que cambien de opinión con Vida oculta. Sus "fans" seguramente volverán a echar pestes por perder el tiempo con tres horas interminables sobre un objetor de conciencia de los nazis, beatificado por la Iglesia en 2007.
Y yo como fan la considero una película admirable. Probablemente la mejor hagiografía que he visto en los últimos años (los que le han achacado exceso de cielos e imágenes "de postal" no han visto muchas hagiografías), donde Malick lleva al extremo su ritmo lento y su estilo visual inconfundible, y donde logra una gran interpretación del poco conocido actor August Diehl, y con una breve intervención póstuma del gran Bruno Ganz. Esta "delgada línea verde" (no es casualidad que su filme de 1998 tuviese como protagonista a un desertor y este nuevo filme a un objetor de conciencia) con ecos de Sonrisas y lágrimas (o se parecen mucho algunas localizaciones o yo diría que coinciden varias con el filme de Robert Wise) me parece una gran película. Abstenerse detractores.
Nota sobre 10: 9
Y s
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