Se juntaron dos cosas: que Luc Besson no me gusta (salvo Leon) y el cansancio acumulado tras tres días de actuación, no pude con el pase de Nikita, abandoné la sala tras la escena del restaurante, mi cuerpo ya no aguantaba más. Lo visto hasta entonces me dio la impresión de que había envejecido terriblemente un filme que ya en su momento me dejó frío, incluso esa escena del restaurante que era la más potente en su momento me parece bastante torpe.
Fue la película que lanzó definitivamente a Besson al estrellato internacional tras el éxito en Francia de El gran azul, convirtió brevemente en estrella a la actriz Anne Parillaud, entonces pareja de Besson y ha influido en series y películas posteriores como Alias y Mentiras arriesgadas (aunque sea homenaje, prefiero a Lee Curtis que a Parillaud).Se ha convertido en un pequeño clásico del cine francés, aunque yo no he acabado de entenderlo del todo.
Es una de las bandas sonoras más conocidas y discutibles del hoy casi olvidado Eric Serra.
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