Antes de consagrarse para la crítica más seria con Annie Hall, Woody Allen ya era un grande de la comedia, sus primeros filmes son muy divertidos. En ella parodiaba la revolución cubana (más bien cualquier revolución de la época) y lograba una gran comedia sobre un pobre tipo metido a delirante revolucionario por amor, y logra momentos hilarantes. Es además una de las primeras apariciones de Sylvester Stallone como matón de metro que se mete con Allen en una escena.
Para esta ocasión, Woody Allen recurrió a Marvin Hamlisch para hacer la banda sonora. Muy divertida, y con una cachonda y paródica canción, Quiero la noche
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