Hay películas que resulta incomprensible que tengan una secuela, y A 47 metros es una de ellas. Dejando de lado la bronca (un tanto excesiva en mi opinión, me parecía un filme de serie B respetable) que generó su preestreno en Phenomena, (¿si no hubiesen esperado algunos un pase de Dunkerque se habría liado parda igual?) el filme tenía un final cerrado, no daba para más.
Y al no dar para más, la secuela es un despropósito. Versión corregida, aumentada, tosca y chapucera del original, con más submarinistas y más tiburones (más es menos muchas veces), con reparto de saldo y los minutos finales más lamentables que he visto en mucho tiempo, se supone que debían provocar tensión y lo que acaban provocando es risa. Penosa película, de lo peor del año.
Nota sobre 10: 0
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