Este jueves me he levantado con la triste noticia del fallecimiento de dos excelentes actores secundarios, muy diferentes entre si, y con algunos personajes muy icónicos.
El primero por orden alfabético es Billy Drago, poseedor de una de las miradas más terroríficas que recuerdo en el cine de los últimos 40 años. Nos deja mucha televisión, mucha serie b, mucho filme de Chuck Norris, una perla como el remake de Las colinas tienen ojos, su presencia como uno de los siete "agentes de la ley" de El jinete pálido y sobretodo el inquietante sicario a las órdenes de Al Capone de Los intocables de Elliot Ness, su papel más icónico sin duda. Descanse en paz.
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