Desde el momento en que el Goya al mejor guión adaptado fue para Un día perfecto, quedó claro lo que iba a pasar: Era la noche de Truman y no la de La novia a pesar de sus nominaciones. siguiendo la maldición de filmes como Balada triste de trompeta y Los girasoles ciegos, que teniendo el número máximo de nominaciones se fueron casi de vacío o con premios menores, solo dos en el caso del filme de Paula Ortiz. Truman fue la gran vencedora y creo que justamente, las otras películas no llegaban a su altura. Muy justos también los premios de interpretación.
En cuanto a la ceremonia, bastante mejor que la del año pasado. Salvo el inteminable número inicial (por favor, o cambian a los responsables de los números musicales de los Goya, o los quitan, siguen produciendo verguenza ajena) lo demás fue bastante ágil y ameno, especialmente emotivo en el número de Serrat y en el homenaje a Buñuel con los tambores de Calanda. Dani Rovira demostró también ser un buen maestro de ceremonias, con muy mala leche con Montoro, el yate y la cultura.
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