Para los cinéfilos, Eleanor Coppola era conocida, además de por ser la esposa de Francis Ford Coppola, por ser la directora de uno de los mejores documentales sobre cine de la historia, Corazones en tinieblas, sobre el dantesco rodaje de Apocalypse now. Teniendo en cuenta este antecedente, sorprende que Coppola debute en el cine de ficción a los 80 años (y no es su ópera prima, como le he leido a algún crítico) con esta tontería llamada París puede esperar. Esta película parece más un documental del Canal Viajar o del Canal Cocina, o uno de esos programas gastronómicos que han protagonizado en los últimos años Gwyneth Paltrow, Imanol Arias, Juan Echanove o Karra Elejalde, que una película al uso. No hay nada en el filme que no sea tedioso, salvo que a alguien le ponga ver a dos actores poniéndose morados en restaurantes, no es mi caso. Seria candidata a peor película del año, y una mancha enorme en la filmografía de una directora que en el documental ha demostrado tener mucho más talento.
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