Hoy ha muerto un gran mito del cine europeo. Alain Delon era un actor tremendamente guapo, de un gran carisma y probablemente con permiso de Belmondo y Bardot la mayor estrella que ha tenido el cine francés. Pero a la vez pocos como él tenían un lado tan oscuro en pantalla, era también el actor perfecto para el llamado polar, la versión francesa del cine negro. A pleno sol le convirtió en estrella (no era el Ripley imaginado por Highsmith, pero lo bordó), Visconti y Antonioni demostraron que era un pedazo actor y Melville y Deray le convirtieron en mito del cine policíaco. Mejor olvidar su vida privada, con declaraciones políticas de ultraderecha y sus últimos tristes años con la familia en pie de guerra. Descanse en paz este grande.
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