Como se ve en los títulos de crédito de La espía que me amó, Moonraker no era la película de Bond prevista para estrenarse en 1979, era Solo para sus ojos. Pero tras el éxito de La Guerra de las galaxias, Albert R. Broccoli decidió cambiar el orden y estrenar antes Moonraker, cambiando la historia de la novela para que James Bond viajase al espacio para enfrentarse a Hugo Drax.
El cambio espacial la convierte en la más delirante de las películas de Bond, y en una de las más controvertidas por los fans y la crítica, al distanciarse de la saga. Para mí es una de las más entrañables, siendo la primera que vi de la saga, me divierte el delirio y el tono cada vez más autoparódico de la época Moore, con un protagonista perfecto para el tono de la película, un excelente Michael Lonsdale como villano y un Tiburón que volvía a enfrentarse a Bond, y que esta vez se redimía. Sigue siendo una de las películas más taquilleras de la saga.
La banda sonora de John Barry también se sale de lo habitual en la saga, a mí me gusta mucho como casi todas las de Barry para Bond. Fue la última vez que Shirley Bassey ha cantado un tema Bond.
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