Este domingo ha habido el primer programa doble sorpresa de los dos consecutivos que va a hacer Phenomena. La segunda película fue El nuevo caso del Inspector Clouseau, ya comentada aquí, magistral secuela de La pantera rosa y también divertidísima parodia del género whodunit a cargo de Blake Edwards.
Y dentro del whodunit, pero en su vertiente más seria pero no menos juguetona está la primera película: El final de Sheila. Parte de un guión de dos autores impensables en el género, Stephen Sondheim en la única obra no musical que le conozco y Anthony Perkins en la única vez que se metió a guionista, y está dirigida por el notable artesano Herbert Ross. La situación de partida es clásica en el género, un productor de cine (James Coburn) que reune a seis de sus amigos (por orden alfabético, Richard Benjamin, Dyan Cannon, Joan Hackett, James Mason, Ian McShane y Raquel Welch) para descubrir quién fue responsable del atropello mortal de su mujer. El resultado fue un juguetón y muy divertido whodunit, en el que los guionistas tuvieron la osadía de poner la pista clave muy al principio de la película, y que fue un gran fracaso comercial en su momento, no se ha visto demasiadas veces, pero que desde la primera vez que la vi me encantó.
Lo que menos destaca en el filme es la banda sonora, el tema de Billy Goldenberg, compositor habitual en televisión (Colombo, Kojak) no está mal pero tiene muy poca presencia en la película.
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