Parafraseando uno de los diálogos de Rifkin's festival, Woody Allen lleva años convertido en Sísifo, sigue moviendo la misma piedra; el problema para sus haters y sus imitadores es que aún en piloto automático sigue haciéndolo muy bien y mejor que muchos.
Allen vuelve a hacer uno de sus periplos turísticos por Europa, de la mano de un estupendo Wallace Shawn, bien acompañado por Elena Anaya Gina Gershon y el actor y director Louis Garrel en un divertido tono autoparódico. Es irregular, funcionan mejor los sueños de Shawm que algunas de las escenas "reales" (la primera de Sergi López chirría y parece un calco de Vicky Cristina Barcelona), pero Allen sigue siendo por momentos el gran creador de diálogos de siempre (memorable la puya a la película que busca el acercamiento de judíos y palestinos) y la película funciona la hora y media mejor que el 99,9 % de comedias estadounidenses actuales. Un Allen menor, pero no despreciable.
Nota sobre 10: 7
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