martes, 13 de octubre de 2020

Otras bandas sonoras: Taxi driver

 Tenía pensado hablar de esta obra maestra de Scorsese más adelante al haber hablado ya alguna vez más de Bernard Herrmann, pero ayer me llegó una anécdota a través de los usuarios de Mundobso (web que consulto en ocasiones para buscar datos para hacer estos artículos), anécdota que me ha llamado la atención para hacer este artículo.

Estamos en el 23 de diciembre de 1975. Bernard Herrmann está terminando ese dia la banda sonora de Taxi driver, y recibe la visita en el estudio de grabación Warner de Martin Scorsese, el director del filme, acompañado de Steven Spielberg. Presenta a Spielberg y a Herrmann, y Spielberg le expresa su admiración al compositor, considerándolo el mejor de la historia, y Herrmann le contestó: "¿y entonces por qué llamas siempre a ese John Williams?"

Era un exabrupto muy habitual en Hermann, de él se dice que era un hombre de muy mal carácter y que odiaba tanto a sus amigos como a sus enemigos. Habría quedado en mera anécdota de no ser por que Scorsese y Spielberg fueron dos de las últimas personas que vieron vivo a Herrmann: la madrugada del 23 de diciembre al 24 de diciembre, Herrmann fallece mientras dormía. Taxi driver se convierte en su banda sonora póstuma, el filme está dedicado al compositor.

Taxi driver es mi película favorita de Scorsese y mi interpretación preferida de Robert de Niro. La historia del taxista con insomnio y más de un tornillo perdido que decide convertirse en salvador de una prostituta refleja con maestría el Nueva York de los años 70 y la paranoia que supuso el final de la Guerra de Vietnam y el Escándalo Watergate. Y es el personaje que convierte definitivamente en estrella a Robert de Niro y su personaje más icónico con permiso de Jake Lamotta en Toro salvaje. Scorsese ha estado muchas veces a gran altura, pero para mí Taxi driver está por encima de las demás.

Y es un hermoso canto del cisne de Herrmann. Cuando se lo propuso Scorsese, le contestó que él no hacía películas de coches, pero se lo volvió a pensar al leer el guión. Mezcla un tema más cálido con otro más siniestro muy en la línea de Herrmann, nominado al Oscar póstumamente por esta y por Fascinación, de no haber estado otro genio como Jerry Goldsmith por La profecía podría haberlo ganado. Broche de oro para la carrera del que quizás haya sido el más grande.




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