En 1991, Kevin Costner está en el punto álgido de su estrellato, viene de hacer grandes taquillazos como Los intocables de Elliot Ness. Los búfalos de Durham, Campo de sueños y el Oscar por Bailando con lobos, le durará el estrellato hasta 1995 cuando el exagerado presupuesto de Waterworld y el desastre de El mensajero del futuro le hagan declinar su estrella.
Y en ese 1991, logra uno de sus mayores éxitos. Robin Hood, príncipe de los ladrones no es bien recibida por la crítica, empieza a notarse su legión de haters entre ella, pero se convierte en el segundo filme más taquillero del año tras Terminator 2. No siendo de mis versiones preferidas de Robin Hood (son muy superiores las de Douglas Fairbanks, Errol Flynn y la crepuscular Robin y Mariam), le tengo cariño, es entretenida y no me parece tan mala como algunos críticos quisieron ver.. Es uno de los trabajos más conocidos de Kevin Reynolds, compinche de Costner en ¿Dónde dices que vas?, y Waterworld, y director bastante irregular, su mejor trabajo es también con Costner y es la serie Hatfields & McCoy.
Y donde más destaca Robin Hood, príncipe de los ladrones es en la música. Me parece la mejor banda sonora de las que conozco del compositor Michael Kamen. Kamen falleció prematuramente a los 55 años de edad, pero antes dejó una notable filmografía en películas y sagas comerciales como Arma letal, Jungla de cristal, X-men, El último gran héroe, Los inmortales, otra con Kevin Costner como Open Range y también estupendos trabajos no tan de cara a la taquilla como Brazil, Monalisa o Profesor Holland. En Robin Hood logró una espectacular y bella banda sonora, con una canción interpretada por Bryan Adams que tuvo un gran éxito y fue nominada al Oscar.
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