Anoche, Phenomena organizó el primero de sus dos programas dobles sorpresa de esta semana (el otro será el clásico de la noche de Halloween). En este caso fueron dos conocidos trhillers, uno de los 80 y otro de los 90 y protagonizados por dos icónicas estrellas, en las antípodas en expresividad el uno del otro.
Salvo que me haya descuidado alguna o haya algún filme anterior suya de la productora que no sepa que lo han producido ellos, creo que Al filo de la medianoche es el segundo filme que Charles Bronson protagonizó para Cannon tras Death wish 2. En él ya se ve claramente las constantes de la etapa final de Bronson, guiones delirantes al servicio de un actor convertido en un Chuck Norris de la tercera edad que usa pistolón en vez de sus manos o piernas, filmes odiados por la crítica más sesuda, pero que forman parte de mis placeres culpables junto con Chuck Norris, Terence Hill y Bud Spencer, me lo paso pipa con ellos y ayer no fue la excepción.
Al filo de la medianoche tiene la original particularidad de ser un slasher "al revés", si en los Halloween o Viernes 13 el psicópata asesino en serie suele ir enmascarado, aquí literalmente mata en pelotas, es uno de los planteamientos más delirantes y divertidos de Cannon. Charles Bronson mantiene su carisma, bien acompañado de dos grandes secundarios como Geoffrey Lewis y Wildford Brimley, aunque el villano Gene Davis (hermano de Brad Davis, protagonista de El expreso de medianoche), Andrew Stevens y las actrices jóvenes no dan la talla. Este muy políticamente incorrecto fillme dirigido por el veterano J. L. Thompson es uno de mis preferidos de la etapa Cannon de Bronson junto con Death wish 3 y La ley de Murphy.
La muy ochentera banda sonora corrió a cargo de Robert O. Lagland, habitual en las películas Cannon de Bronson, no pasa de discreta.
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