Desaparecido en combate es en buena parte la responsable de que Cannon se convirtiera en un estudio estrella de los 80 (este si mucho más independiente en su momento que Miramax, Focus y Fox Searchlight, por mucho que pese a algunos críticos) y que Chuck Norris pasase de actor de serie B a gran estrella del Hollywood ochentero. Masacrada por los críticos, se convirtió en icono de la era Reagan y en pasto de memes. El avispado mandamás de Cannon Menahem Golam se enteró de la idea de Rambo Acorralado II, le copió descaradamente la idea e hizo su versión meses antes de que Stallone estrenase su filme. Dirigida por Joseph Zito, vista ayer sigue siendo tan psicotrónica como en 1984, y Norris sigue tan imperturbable como siempre, pero lo siento por los crítico más sesudos, mi tocayo Carlos Ray Norris sigue siendo uno de mis placeres culpables y yo ayer me lo pasé de coña.
Lo mejor de la película es la notable banda sonora de Jeff Chattaway, compinche de Norris en varias películas.
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