No sé si se ha perdido actualmente o no, el caso es que el cine de género italiano ya no nos llega actualmente. Aunque fuese generalmente maltratado por una crítica que no veía más allá que subproductos, el hoy fallecido Umberto Lenzi era uno de los directores más apreciados por los amantes del grindhouse, del cine de barrio y de los videoclubs, capaz de hacer todo tipo de géneros: desde los Sandokán de Steve Reeves, James Bond a la italiana (Supersiete llama al Cairo), giallos (siete orquídeas manchadas de rojo), policíacos (El hombre de la calle hace justicia), bélicos (De Dunkerque a la victoria), películas de zombies (La invasión de los zombies atómicos), comedias eróticas (Jaimito va a la escuela), películas de brujería y espada (La guerra del hierro) o slasher (Pesadilla en la playa). Descanse en paz un director que forma parte de la memoria cinematográfica de los que veíamos cine en los programas dobles de barrio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario