En 1985, el escritor alemán Patrick Suskind era un desconocido fuera de su país cuando publicó El perfume, la historia de un creador de perfumes que mata a mujeres para conseguir el perfume perfecto. La novela se convirtió en uno de los mayores bestsellers de la década y lanzó a la fama internacional a su autor, nunca volvió a petarlo igual y hace años que le he perdido la pista al resto de su bibliografía. La recuerdo con cariño, pero hace tiempo que no la he leído, no se cómo le habrá afectado el paso del tiempo.
Durante años se rumoreó su adaptación al cine, incluso de las manos de un grande como Kubrick, y finalmente la dirigió el alemán Tom Tykwer. Esta superproducción rodada en parte en España (la calle Ferran de Barcelona está irreconocible) es entretenida pero no acaba de entusiasmarme, tuvo un gran éxito en Europa, pero se considera un fracaso en EEUU. Dio a conocer al excelente actor Ben Whisaw, acompañado por un excelente reparto con Dustin Hoffman y Alan Rickman.
De la banda sonora se encargaron Johnny Kilmek, Reinhold Hell y el propio Tykwer con excelentes resultados.